Transparencia

foto: kikkax.blogspot.com

Este es un post con más opinión de la que suelo depositar cuando escribo en este blog. Sí, es un blog muy personal, de reflexión y análisis, con anécdotas y vivencias y en él siempre está presente la opinión en mayor o menor medida. Pero en este caso tengo muy claro lo que quiero decir; tanto que lo he podido resumir en una sola palabra, la que da nombre al artículo: transparencia. 

Los procesos de elección de las Cortes de Honor 2014 son siempre fuente de rumores, insinuaciones más o menos maliciosas y vaticinios de aquella o ésta saldrá por ser fulanita de tal. Algunos se cumplen y otros no. Hasta ahí nada nuevo. 

Pero a raíz de los comentarios que este año he escuchado, por un lado, y ratificado por otro al leerlo por el muro de Facebook de otros medios falleros, veo un problema mucho más serio: el misterio con el que se empeñan en envolver el proceso de elección. Desde la propia organización (JCF) al jurado encargado, parece que los 15 días de pruebas están bajo secreto de sumario y ello no hace más que alimentar las "teorías conspiratorias".

Está claro que una candidata no debe estar mandándose mensajes de móvil con nadie durante una prueba o colgando fotos en ninguna red social durante un acto, al igual que una persona que va a un examen o a una entrevista de trabajo no lo haría. Es más, entendería que no les dejen tener el teléfono para no estar pendientes de él. Cuestión de lógica que cualquiera con dos dedos de frente entiende. Pero ¿por qué se prohíbe que las candidatas hablen de lo que hacen con el jurado? ¿Qué problema hay en que se sepa qué actividades han hecho o tienen previsto hacer? Además de para probar la capacidad de reacción ante imprevistos de las niñas y señoritas, ¿qué sentido tiene que no sepan hasta última hora la agenda de pruebas que van a tener? ¿Qué se consigue envolviendo a las candidatas en esa nube de privacidad y secreto absoluto?

Los periodistas que trabajan en una institución o empresa saben la importancia de ir por delante de la información, contarla antes de que otros la cuenten distorsionada. En este caso, no se sigue este consejo y ahí radica (insisto, en mi modesta opinión) el problema. Las filtraciones son inevitables, siempre interesadas y en muchos casos distorsionadas según lo que la niña, señorita, padre o madre haya percibido u obtenido al final del camino.

Quizá desde JCF se debería mirar ejemplos como el de las Fallas de Torrent, que hemos nombrado en otras ocasiones desde este blog. Allí el cronograma de entrevistas y citas con el jurado se da a conocer públicamente, se envía a los medios notas de prensa con el transcurso de las pruebas (siempre respetando la "intimidad" de las deliberaciones, preguntas y demás) e incluso hay un blog corporativo donde seguir todo el proceso. Podría ser un modelo a seguir, teniendo en cuenta las diferencias entre ambos casos (principalmente, la del número exponencialmente mayor de candidatas que se presentan en Valencia).

No parece que, de momento, vaya a cambiar el modo de tratar este tema pero lo cierto es que cada vez es mayor el desencanto con que se percibe la elección de las representantes de las Fallas del cap i casal. Queda escrita mi opinión al respecto. Y vosotros, ¿qué pensáis?

¡Nos leemos!