Este estaba pensado para ser un post divertido, diferente, en el que habláramos de algunas desacertadas curiosidades que vemos en la indumentaria y complementos de valenciana y valenciano. Pero la actualidad ha alterado cualquier guión previsto. Mi indignación, mi tristeza y mi incredulidad no me permiten escribir sobre otra cosa que no sea la tristísima noticia del cierre de RTVV anunciado unilateralmente por la Generalitat Valenciana.
Triple pérdida
Esta es la imagen de la vergüenza. El cierre de RTVV supone, prepotencia política aparte, el fin de uno de los principales motores de la lengua y la cultura propias. No voy a entrar a valorar el partidismo o la manipulación que pueda haber habido (que haberla, la hay); independientemente de ello, su desaparición es una noticia muy triste. Mi pena es triple: como periodista, porque el panorama se oscurece todavía más, si es posible; porque 1.800 compañeros inocentes de la mala gestión de un puñado de responsables pierden el pan que ganan cada día con su trabajo; porque la libertad de expresión y de prensa se duele y disminuye con la desaparición de cada medio. Por cierto, aprovecho para recordar al señor Fabra que, al igual que la educación y la sanidad que argumenta para el cierre de la televisión pública, el derecho a la información está reconocido como fundamental en el artículo 20 de la Constitución Española y, por tanto, es también igual de básico; y porque el gobierno valenciano celebra que la Comunitat es la única que baja el paro el mismo día que anuncia que 1.800 personas se van a la calle.
La segunda pena, como valenciana, porque se toma una decisión unilateral sin tener en cuenta la opinión de los ciudadanos que pagamos con nuestros impuestos el funcionamiento de la televisión pública; porque no podré escuchar una cadena en mi lengua, en la lengua de todos los valencianos (toda una declaración de intenciones que el President se haya dirigido en castellano para anunciar el fin de la televisión en valenciano); porque se pierde la defensa de tradiciones y cultura autóctona; porque pasamos de tener un canal de referencia en el que enterarnos de lo que ocurre en nuestra Comunitat Valenciana a tener que andar buscando minutos en las cadenas nacionales (irónico que para seguir la rueda de prensa del cierre de la televisión pública haya que recurrir a la propia televisión pública); porque los aficionados del Valencia CF, por ejemplo, oiremos con fortuna un par de minutos sobre nuestro equipo en Antena 3 o Telecinco, pero los seguidores del Levante, Villarreal o Elche lo tendrán más que complicado (¿tal vez 20 segundos a la semana?); o un aficionado a la pilota valenciana, que volverá a pasar a ser un deporte minoritaria e irreconocido, y así un largo etcétera.
Y la tercera, y aquí el blog está directamente implicado, porque perdemos posiblemente el principal elemento de difusión de las Fallas. Las mascletàs, la llamada a las Falleras Mayores de Valencia, la Cridà, las exaltaciones, las Cremàs... Perdemos todo eso. Que le diga el Consell a las personas mayores que no pueden salir de casa y disfrutan viendo las horas de Ofrenda por televisión para sentirse un poco más cerca, que a partir de ahora tendrán que aguantarse e imaginarlo. O que le expliquen a Carmen Sancho que este año pasará un poco más desapercibida para una amplia mayoría de valencianos que no van a tener ocasión de ver la figura de la FMV por la televisión autonómica. Qué lamentable, qué pena.
Por estas y muchas más razones desde aquí decimos
¡NO AL CIERRE DE RTVV!
A quien se sienta aludido: falsos compañeros
Me duele también ver cómo los responsables de algunas "emisoras" locales de radio y televisión van alegrándose por detrás de esta enorme desgracia para 1.800 familias y para todos los valencianos, pensando en que tal vez ahora tengan una mayor porción de pastel. Me da rabia porque precisamente quienes están ya afilando sus dientes de carroñeros ni siquiera son periodistas, ni comunicadores, ni mucho menos se les puede llamar profesionales de los medios de comunicación; no entienden ni podrán entender jamás de compañerismo ni de solidaridad profesional porque su existencia depende del peloteo constante, de vivir a modo de "chupatintas"... Ese tipo de personas, en este ámbito y en toda la sociedad, son las que deberían desaparecer. Pero, ¿sabéis qué? Me alivia el convencimiento absoluto de que no podrán mantenerse mucho más tiempo ahí, que al final acabarán cayendo por su propio peso, que no tendrán red que amortigüe su golpe. Y, cuando eso ocurra (más pronto que tarde), se quedarán con lo que merecen y, sobre todo, con lo que son: nada.
Qué agusto me quedo escribiendo. Podría seguir mucho más pero sería un post eterno. Gracias por leerla.
Ánimo a mis compañeros. Quiero pensar que al final habrá alguna solución que cambie "innegociable" por "posible". RTVV no es tanca!
1 comentario:
Hola, Rebeca!!....muy acertadas tus palabras, con las que estoy completamente de acuerdo. Hace mucho tiempo que dejé de ver C9, ya que no me gustaba su manipulación ni partidismo (bueno, miento, la ví un ratito los días 17 y 18, para ver la Ofrenda), pero no estoy de acuerdo, ni remotamente, con su cierre.
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